
Aquella carta jamás llegó a su destinatario, supe tras varios años de dolor que se quedó guardada en el cajón de aquella sombría habitación en la que aún todavía permanecen los recuerdos de aquel que me hizo feliz. Supe también a través de una vieja de mirada perdida que falleció, que nunca llegó a su destino. Amor, no pudo cumplir sus sueños, pero con su muerte, murieron también los mios.
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